#Anime: Reseña | Primavera 2017 (Semana 2)
Todavía estoy en el proceso de decidir qué series estaré reseñando cada semana. Esta temporada hay bastante variedad y buenas promesas, así que será una decisión difícil. Por lo pronto, he decidido dejar por la paz a Warau Salesman. Lo más probable es que siga viéndola, pero su naturaleza y temáticas no son lo bastante interesantes como para seguirles el paso.
Attack on Titan -Segunda Temporada- (Capítulo 2)
Si el tono general de la semana pasada había sido de desesperanza, el segundo episodio parece haber querido reconstruirla.
Como recordaremos, la tropa se había separado para avisar a los poblados pequeños de la presencia de titanes en la zona. Eso llevó a Sasha a regresar a casa y con ello vinieron a su mente recuerdos anteriores a su incorporación al ejército. Sasha proviene de una familia de cazadores; orgullosos de su actividad y su larga historia realizándola. Sin embargo, en ese punto, su actividad estaba siendo amenazada por nuevos migrantes, que estaban considerando la posibilidad de talar el bosque y convertir las tierras en zonas de siembra. El padre de Sasha, que es un hombre muy razonable, reconoce que eso podría significar el fin de la vida que han llevado hasta ahora, pero está dispuesto a aceptar el cambio si eso garantiza que su familia seguirá adelante. Es un hombre que confía en los lazos humanos y sabe que la cooperación es la única salida.
Todos esos recuerdos motivan a Sasha a ayudar a los habitantes de la villa. Lamentablemente, llegó tarde: los habitantes habían huido ya, dejando tras de sí a una mujer que no podía caminar y a su hija. La escena es horrenda: la niña mirando impávida cómo su madre es devorada lentamente por un titán. Desarmada, Sasha no logró eliminar al titán ni salvar a la mujer, pero lleva consigo a la niña y logra ponerla fuera de peligro, aun a costa de su propia vida. De pronto, como suele ocurrir en momentos de crisis, Sasha le dijo a la niña lo que a ella le decían: si sigues avanzando por ese camino, seguramente encontrarás a alguien que pueda ayudarte.
Ignoro si este evento será relevante para los acontecimientos que siguen, pero me parece obvio que intenta destacar que no todo está perdido; aun si las reglas del juego vuelven a cambiar. Gente común, como el padre de Sasha, guiados por la firme voluntad de sobrevivir, pueden seguir adelante, cambiando su estilo de vida tantas veces como sea necesario. Los titanes amenazan algo más importante: la sobrevivencia. (Y respecto a esto, ¿qué es lo que defiende el padre Nick? ¿Qué es eso que para él tiene más valor que sobrevivir?).
Eromanga Sensei (Capítulo 1)
The Oreimo’s are strong in this One.
Lo cual realmente no es tan inesperado, dado que esta historia y aquella son obras del mismo autor, Tsukasa Fushimi. No es su única semejanza, sin embargo: como en aquella, Eromanga Sensei es protagonizada por una pareja de hermanos que, en principio, no parecen llevarse nada bien, pero entre quienes parece haber algún tipo de sentimiento romántico oculto.
Las diferencias también son notables. En el caso de Oreimo los hermanos Kousaka no tenían prácticamente nada en común, pero se acercaron (quizá demasiado) gracias a la paciencia y cariño de Kyousuke. En Eromanga Sensei, ambos colaboran con el otro (sin saberlo) en la creación de una misma novela ligera: ella aporta las ilustraciones (que los fans celebran por su calidad y erotismo) y él escribe la historia. Es de suponerse que, en el fondo, a estos dos los mueven las mismas carencias afectivas e intereses semejantes y esa podría ser la rendija que los comunique en primer lugar. Interesante será ver qué los separa. Desde que se conocieron apenas habían cruzado palabra y la muerte de la madre de ella (porque estos dos no son hermanos, sino hermanastros) la llevó a un encierro autoimpuesto que no fue del todo improductivo: sublimó la ausencia de su madre a través de lo que de ella aprendió y lo convirtió en su profesión. Si tal personaje existiera en la realidad, merecería todos mis elogios por esa sola razón. Sin embargo, temo que más bien ocurra todo lo contrario: su personalidad parece ser más del tipo egocéntrico y desastroso, tendiente a boicotear muchas de las cosas buenas que le ocurren alrededor. Pero ya veremos.
Por otro lado, la serie conoce bien a su público y les regala tomas constantes del cuerpo de Sagiri, así como de su cara haciendo esa conocida expresión que oscila entre la vergüenza y la ira. En lo personal, no es algo que me atraiga particularmente y aunque comprendo que puede ser uno de los principales alicientes para verla, mi inquietud principal es la misma que en varios otros casos: que no juegue a favor, sino en contra de la historia.
En resumen, creo que tengo expectativas mezcladas con esta serie. En realidad, no espero nada de ella, pero me resisto a pensar que será una pérdida de tiempo.
Saekano: How to Raise a Boring Girlfriend -Flat-
(Capítulo 0)
Como ocurrió con la primera temporada, el capítulo cero de la Saekano -Flat- hace todo por subrayar sus peores defectos, atrayendo así al grueso de sus fans. Espero sepan disculparme, pero soy un aguafiestas de las largas tomas dedicadas a poco más que destacar los atributos sexuales de las chicas que protagonizan esta serie: creo que no sólo no aportan nada al desarrollo del cuento, sino que lo trivializan más de lo necesario.
Pero en general, he aprendido a reconocer que la única razón por la que sigo viendo esta serie es Megumi Katou. Me gusta mucho ver cómo ella parece ser la única persona medianamente coherente y cómo, con su voz cansina y casi apagada, comenta lapidariamente los autoengaños en los que sus compañeros de círculo pretenden refugiarse. No deja a uno libre: sabe bien que Eri es incapaz de reconocer abiertamente lo que siente y eso la hace caer en contradicciones; que Utaha es lo bastante egocéntrica como para pasar por encima de cualquiera aun mediante estrategias de ética cuestionable y que Tomoya es una especie de loco muy particular, desesperado como está por llevar a lo ficticio lo que le ocurre en la realidad.
Así, no sé bien qué esperar de esta segunda temporada. Supongo que lo más cercano a algo lógico sería suponer que este singular grupo logrará su objetivo de llegar a la Comiket con un juego que cumpla con todas sus expectativas. Inesperado sería que este acontecimiento constituyera la ‘graduación’ de Tomoya como otaku irracional y pudiera reconocer que Megumi es una persona de carne y hueso, que no necesita convertir en una ficción. Pero eso, quizá, sea mucho pedir.
(Capítulo 1)
Las dudas que tenía con el capítulo cero se disiparon un poco con el -formalmente- primer episodio de la temporada. Las constantes peleas entre Utaha y Eri son cosa de todos los días, pero en ocasiones llegan a niveles absolutamente irracionales. Para Tomoya, claro está, Para todos los demás, las razones son claras como el agua.
Pero lo más interesante es lo que este episodio se ocupó de demostrar: Tomoya es, realmente, el único punto de discordia entre las dos. Cada una admira el trabajo de la otra y son capaces de reconocer que sus respectivas obras transmiten bien sus intenciones y sentimientos. Si no fuera porque están compitiendo por las atenciones del protagonista más cabezahueca de la historia, su colaboración podría ser mucho más armoniosa. Así, Megumi vuelve a ser el eje racional de este grupo y la única realmente capaz de unirlos. Su papel vuelve a ser el de un personaje que transita libremente de la ficción a la realidad y de lo fantasmagórico a lo concreto. Al no ser como ellos, pero, al mismo tiempo, pertenecer al grupo, ella está más o menos exenta de sus códigos y estereotipos, lo que le confiere toda esa libertad. Ya no tengo dudas; para mí será muy interesante observar su devenir en este escenario particular.
Alice & Zouroku (Capítulo 2)
No voy a negar que mis expectativas sobre esta serie cayeron un poco con el capítulo de esta semana. La historia avanzó poco: sólo presentaron a Sanae, la nieta de Zouroku y se estableció que ella también es una buena persona y, por lo tanto, Sana puede confiar en ella. Por supuesto, no parece haber mejor forma de ganarse la confianza de alguien que prepararle hot cakes.
Pero más allá de eso, creo que la soledad de Sana en el laboratorio se hizo patente a través de sus recuerdos: no tuvo nombre sino hasta que las gemelas le dieron uno y los días felices con ellas sólo duraron hasta que descubrió un terrible secreto sobre las investigaciones que ahí se realizaban. Así, es de esperarse que el laboratorio no se quedará de brazos cruzados y tratarán de recuperar a su sujeto de experimentación a toda costa.
Habrá que ser pacientes.
What do you do at the end of the World? Are you busy? Will you save us? (Capítulo 1)
No obstante su longitud, el título es lo bastante sugestivo y también lo es la primera escena: las cosas van a ponerse feas.
Entretanto, el primer capítulo nos muestra cómo son los primeros encuentros de Willem con Chtholly: ella buscando una vista y él ayudándola a llegar a ello por pura bondad de corazón, aparentemente. Este encuentro fortuito se repetiría más adelante, cuando Willem acepta un empleo resguardando armas para el ejército. La parte misteriosa de esta encomienda es que en el almacén Willem no encuentra nada parecido a un arma: más bien se trata de un dormitorio habitado por un grupo de niñas y resguardado por una ogra y la propia Chtholly. Ellas, las niñas, son las armas.
Aún hay mucho por descubrir sobre esta serie. Sin embargo, el ritmo y los personajes parecen lo bastante agradables como para seguir adelante y saber qué cadena de acontecimientos llevarán a este grupo a algo parecido al fin del mundo.
Tsuki ga Kirei (Capítulo 2)
Me gustan las historias de amor y me gusta mucho que ésta en particular se construya a partir de las semejanzas entre dos que, a primera vista, parecen tan distintos.
Desde el capítulo anterior ha sido obvio que Akane y Kotarou se gustan, pero siendo los dos un tanto tímidos y teniendo intereses dispares, es natural que el acercamiento no sea cosa fácil. En este episodio, el pretexto fue el Festival Deportivo. Como sabemos, Akane forma parte del Club de Atletismo, por lo que es de esperar que haga un buen papel. Kotarou, en cambio, no sólo no tiene interés en los deportes, sino que carece por completo de la mínima condición para realizarlos. Siendo Akane una chica atractiva, es natural que su talento deportivo la haga objeto de miradas (de pronto un tanto irrespetuosas) de parte de sus compañeros e incluso se piense que es un match natural para Hira, uno de los líderes del Club de Atletismo.
Si bien eso podría desalentar a Kotarou, lo cierto es que él y ella tienen en común algo más íntimo: son unos apasionados de sus respectivos intereses. Pese a su ansiedad, Akane gusta tanto del atletismo como para afrontar la exposición que viene con ello. Kotarou aprende de ella ese valor y se atreve a presentar uno de sus textos a concurso. Así, aun en la diferencia, lo que los acerca es la misma pasión y la comprensión que viene con el reconocimiento de un semejante. ¿Qué más se necesita?
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