Una de las razones por las que, para muchos, el universo de Fate es tan atractivo es la supuesta profundidad y complejidad de los temas que aborda. El deseo, en abstracto, es uno de ellos. La Guerra del Santo Grial, el ritual en torno al que se reúnen los Siete Maestros y los Siete Sirvientes, no es una guerra de honor o justicia; es una lucha a muerte para conseguir el cumplimiento de un único deseo. Es una aventura egoísta.
Fate Stay/Night [Unlimited Blade Works] es una de las rutas posibles de la novela visual. Sigue los pasos de Shirou Emiya, un chico que estaba destinado, sin saberlo, a participar en la Quinta Guerra del Santo Grial.
Ese destino, sin embargo, no fue la única herencia que recibió de Kiritsugu, su padre adoptivo. La insistencia de Shirou en convertirse en un ‘héroe de la justicia’ es un reflejo del deseo incumplido de Kiritsugu. En la Guerra anterior (Fate/Zero), Kiritsugu buscó, mediante el Santo Grial, un mundo justo, igualitario, en el que nadie tuviese que sufrir por la opresión de otros. Para lograrlo, Kiritsugu mató y engañó, confiado en que sería la última vez; que nadie, después de él, tendría que hacerlo más. Ése era su ideal de justicia. Su visión del mundo. Sin embargo, Kiritsugu también fue víctima de un engaño: el Grial estaba corrupto desde el origen. Siendo el receptáculo de todos los deseos egoístas de magos codiciosos y traicioneros, no podía ser de otra manera. Así, aun saliendo victorioso, el deseo de Kiritsugu no podría cumplirse de otra manera que no fuera la extinción.
Sin embargo, de entre los escombros de la ciudad en llamas, Kiritsugu encontró una felicidad mucho más modesta: la de salvar a un sobreviviente. Ese sobreviviente llegaría a ser Shirou. Su historia abarca tres tiempos: el pasado, el ideal de Kiritsugu; su presente, la persistencia en convertirse en un ‘héroe de la justicia’; y el futuro, el Espíritu Heroico Emiya. Todos sabemos, sin embargo, que los ideales no existen. Sin importar de qué ideal se trate, su cualidad fundamental es que no pertenecen a la realidad.
Las historias de ficción permiten poner muchas de estas cosas a prueba y ya depende de la pericia de quien escribe la profundidad que se alcance. En Unlimited Blade Works ocurre precisamente eso: si pudieras encontrarte con tus ideales personificados, ¿cómo serían?
Archer, el Espíritu Heroico Emiya, representa el ideal de justicia de Shirou. Archer es un personaje poderoso y esto no es gratuito: no puede haber justicia sin poder. Su poder, sin embargo, consiste en ir en contra del ideal que representa. No es distinto de lo que Kiritsugu hacía: matar mucho para salvar la vida de muchos más. Destruir la felicidad de algunos, para preservar la de otros. Un ciclo sin fin y sin propósito. Con Archer ocurrió algo que pasa a menudo: si la justicia necesita del poder para ejercerse, obedecer al poder se vuelve justo. Su ideal acabó por traicionarlo.
Así que el impulso de Archer por matar a Shirou es perfectamente coherente. ¿Qué mundo necesita otro héroe sin propósito? ¿Qué clase de justicia puede impartir?
El enfrentamiento entre Archer y Shirou es el punto más alto de esta historia. El momento en el que aquello que quiere cuestionar se ve con claridad. Y es también aquí donde, en mi opinión, todo se desploma.
Aunque la serie pretende presentarlo de esa manera, lo que permite a Shirou vencer a Archer no es una epifanía. Shirou no triunfa donde Archer fracasó. A lo que apela es a su propia terquedad; a una lógica circular, irracional, insostenible: «debo ser un héroe de la justicia porque debo ser un héroe de la justicia». Shirou, que sólo pudo vislumbrar un fragmento de lo que Archer ha sufrido, cree que lo que los hace distintos es que él nunca va a arrepentirse. Algo que, de ninguna manera, puede garantizar.
No obstante, el problema de fondo no es ese. Shirou puede ser todo lo necio que desee serlo, pero la cuestión señalada por Archer sigue ahí, orbitando su motivación y sus decisiones sin encontrar una solución satisfactoria. Esta es la principal deficiencia de Unlimited Blade Works, pero creo que también está presente en Fate/Zero: abre los signos de interrogación, sin atreverse a cerrarlos.
La irrupción de Gilgamesh hace todo más fácil: con una criatura invencible alrededor, dispuesta a masacrar sólo porque así le place, cualquier duda que quedase puede ser olvidada. Gilgamesh es un deus ex machina en toda forma: no sólo resuelve instantáneamente cualquier problema de la historia que antes pudiera parecer insalvable (ejemplo: la invencibilidad de Berserker) sino que incluso borra por completo las cuestiones filosóficas planteadas. La justicia ilógica de Shirou, tan puntualmente cuestionada por su propio ideal personificado, queda más que justificada ante un enemigo mayor, para quien la única justicia que importa es la de su propia voluntad.
Una historia que se resuelve así, por más elementos de interés que pueda tener, temo que no puede ser tomada muy en serio.
Fate/Stay Night [Unlimited Blade Works] está disponible mediante el servicio de Crunchyroll.