Creo que no hay nadie que no haya pensado alguna vez en lo que pasaría si, en algún momento determinado de su vida, hubiese tomado un camino distinto. Fantasear con ello es tentador, pues es uno de esos resquicios por los que se escabulle la esperanza. Es, desde luego, una ilusión, pero no por eso pierde su encanto pues, a través de ella alimentamos otra ilusión, más profunda y más humana: la de que tenemos nuestro destino en las manos.
No deja de ser interesante que el protagonista de ERASED (o bien, ‘la ciudad en la que sólo yo estoy ausente’) se llame Satoru. En japonés, Satoru (悟) significa ‘comprender, percibir, discernir’, pero también ‘Despertar’, en el sentido budista del término. Y ése Despertar, que es alcanzar la naturaleza de Buda, corresponde con la comprensión cabal del mundo y la capacidad de intervenir en la rueda del Destino. Satoru es, en lo real como en lo simbólico, aquel de quien pende la telaraña de Yashiro.
En ese sentido, ERASED no era, de ninguna manera, una serie de misterio. No se trataba de descubrir al culpable y sus motivos, aunque hacerlo fuera uno de sus objetivos necesarios. Se trataba, principalmente, de la lucha por intervenir la rueda del destino como sólo puede hacerlo alguien que no sólo es capaz de volver en el tiempo, sino que tiene la suficiente resolución y compasión como para ir más allá de sí mismo y tocar el corazón de otros. Es, en este punto particular, donde la serie triunfa indiscutiblemente. Permítanme abundar en esto:
Para cambiar su Destino, el primer objetivo de Satoru es salvar la vida de Kayo Hinazuki. Kayo siempre estaba sola; enajenada del resto de la clase, sojuzgada por compañeros incapaces de darse cuenta del enorme peso que la niña llevaba a sus espaldas. Acercarse a ella requirió de Satoru la energía y determinación de quien sabe que el asunto es de vida o muerte, pero no se bastó con ello. Le mostró que el mundo podía ser más bello de lo que ella creía y le dio fuerzas para que ella misma trepara la telaraña de la salvación. Es importante destacar que, si bien Satoru y compañía desarrollaron el plan para rescatarla, fue Kayo quien tomó la decisión. Si su Destino cambió, no fue sólo por la intervención de Satoru. En ella ocurrió un cambio paulatino que su seiyuu, Aoi Yuuki, supo transmitir a través de las múltiples inflexiones de su baka na no? Kayo pasó de ser una víctima silenciosa, decidida a encerrar todo su dolor en su corazón, a una mujer capaz de amar. Construir a este personaje es, creo, la mayor virtud de la serie.
Esto, por otro lado, era resultado de una red de confianza. Al momento de morir, Sachiko lamentó no haber creído en las palabras de su hijo, dieciocho años antes. Lo lamentó, no porque eso hubiese cambiado algo en ese punto, sino porque si alguien debió dar valor al grito desesperado de Satoru, era ella. Tras el fracaso del primer Revival, la fe de Airi alimenta la confianza que Satoru había perdido y le sirve de base para confiar en Keita. Este primer paso facilita todos los demás. El proceso de salvar primero a Hiromi y luego a Aya (que es, quizá, el aspecto más decepcionante de la serie) se simplifica enormemente debido a la cooperación de todos. Satoru sólo vuelve a fracasar cuando, quizá movido por un sentimiento de culpa, decide ser el héroe solitario de Misato, colocándose así bajo la mirada de un exasperado Yashiro.
Este error de juicio, que terminó costándole quince años de su vida, reformuló el significado de la serie. Hasta ese punto, ‘la ciudad en la que sólo yo estoy ausente’, aludía al ensayo de Kayo: ése en el que se imaginaba en una isla desierta, lejos del abuso de su madre y de la fría indiferencia de su entorno. En cambio, la ausencia de Satoru -que también podría entenderse como el precio que pagó por intervenir en el Destino- permitió que florecieran las vidas de las incontables víctimas que Yashiro dejó de asesinar, por tener su atención puesta en aquel de quien pendía la telaraña de su salvación.
ERASED se transmitió durante la temporada de invierno de 2016 y fue dirigida por Tomohiko Itou, para el estudio A-1 Pictures. Está basada en el manga original de Kei Sanbe.