No es ninguna noticia para los lectores asiduos de RetornoAnime que nosotros apoyamos totalmente la distribución de contenido anime / manga de manera legal. De hecho, no llega a definir lo que mis colegas del colectivo Kokuban lograron hace dos años con el proyecto de proyección de las películas de Puella Magi Madoka Magica y el festival de cine Konnichiwa. Tampoco es secreto lo que nosotros opinamos sobre los hábitos de los fans mexicanos, refiriéndonos de manera derogatoria a la práctica de comprar anime barato y pirata en lugares como la Plaza de la Tecnología y los Videojuegos en el Distrito Federal de México (en el argot chilango, la Frikiplaza) y lugares afines. Mis colegas lo han denunciado, constante y terminantemente, en sus espacios en la web o en la Ensalada de Otakus.
De manera que la posición de esta editorial es muy clara.
Habiendo dicho eso, el 28 de Julio de este año se comenzó a escribir un nuevo capítulo en el forcejeo constante de las editoriales, las leyes de derechos de autor, y la piratería en internet: Manga-Anime Guardians, mejor conocido como MAG Project. Esta iniciativa, creada por el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón (METIS por sus siglas en inglés), tiene como objetivo solucionar el problema de la piratería de contenidos nipones en internet, específicamente manga y anime. La iniciativa surgió de un reporte de la Agencia Japonesa de Asuntos Culturales que concluyó que la industria de la piratería surgida del anime y manga en las ciudades de Beijing, Shanghai, Guangzhú y Chongqing factura aproximadamente 560 billones de yenes cada año. Estos son 5.6 billones de dólares, o 73 billones de pesos mexicanos, perdidos cada año en sólo la piratería generada de China.
Por si no fuera poco, el METIS estima que, anualmente, las perdidas generadas por la piratería en línea es aproximadamente de 2 trillones de yenes,19.5 billones de dólares o 257 billones de pesos mexicanos.
Estos números no significan nada sin ninguna perspectiva: El Viaje de Chihiro (Sen To Chichiro no Kamikakushi) es la película del género anime más exitosa de todos los tiempos, con una taquilla de $275 millones de dólares. Para sólo recuperar el dinero perdido en piratería china en un sólo año, se tendrían que tener 20 películas con un éxito similar al de la película de Miyazaki. Ni siquiera los ingresos combinados de las 10 películas más taquilleras de animación Japonesa llegan a cubrir la significativa pérdida sufrida en China, mucho menos la que estima METIS en piratería por internet.
En respuesta a esta enorme fuga de capital, MAG Project fue creado para ponerle un alto a esta pérdida. Efectivo desde el 1 de Agosto de este año, el Ministerio de Cultura se ha encargado de monitorear y eliminar del Internet las copias ilegales de 580 trabajos originales en un periodo de 5 meses. Asimismo, MAG Project creó un acervo de referencias llamado Manga-Anime Here donde se promueve el contenido legal proveído por diferentes canales de distribución legales tanto en impreso como en formato digital. Al proyecto se han suscrito numerosas casas productoras y de animación, incluyendo Aniplex, Kadokawa, Good Smile Company, Kodansha, Sunrise, Shueisha, Shogakukan, Studio Ghibli, entre otros.
No requiere una gran mente para discernir porqué querría el gobierno japonés frenar esta pérdida tan grande de capital a expensas del contenido mediático generado en su país. En la mira de la iniciativa está los sitios que suben anime y manga de manera ilegal a sitios propios, incluyendo los muy preponderados fansubs, y que recogen el dinero de anuncios para lucrar y mantener sus servicios en línea. Ciertamente, el gobierno japonés ha indicado que este abuso ha continuado por demasiado tiempo y que la distribución de anime/manga ilegal ya no es admisible.
La respuesta por parte de los fans en redes sociales ha sido una de repudio y enojo: El hashtag llamado #NOQUITENELANIMEDEINTERNET pone en evidencia los aficionados que quieren continuar consumiendo estos contenidos piratas. He aquí algunos ejemplos que hablan por sí mismos.
no pueden quitar esto lo necesito para vivir #NOQUITENELANIMEDEINTERNET
— Who I AM (@Soy1Abrahamer) August 2, 2014
al ver el hastag #NOQUITENELANIMEDEINTERNET me asusté, pero tengo la convición de que no podrán cerrar un mar de libertad… viva el anime! — Okane Hoshi (@ironiCat_kuro) August 1, 2014
Mi favorito es este, de un hashtag afín llamado #ResistenciaAntiAntiAnimeOnline:
A PLANTAR BOMBAS EN EL GOBIERNO JAPONES #ResistenciaAntiAntiAnimeOnline — A Smile Like The Sun (@Mc__Morrison) August 1, 2014
Aunque estos son ejemplos deliberadamente escogidos, no puedo evitar sentirme identificado con ellos de una manera u otra. En vez de satanizar a aquellos con los cuales yo y mis colegas no estamos de acuerdo, seré el primero en admitir que yo una vez fui así.
Yo consumí piratería, y yo consumí mucha piratería en la forma del fansub. Ví Seto no Hanayome, Higurashi no Naku Koro Ni, Pita-Ten, Shakugan no Shana, entre muchas otras vía los torrents de fansubbers que semana a semana nos proveían de esa preciosa dosis de anime. Y es que hace 7 años no había las alternativas que tenemos hoy en la forma de Crunchyroll y Daisuki. Teníamos lo que sea que encontráramos en la sección de animación de Mixup y otras tiendas afines, y era una selección extremadamente limitada e incompleta. Los fansubs, a través de su actividad en una dudosa zona gris legal donde lo que hacían era técnicamente ilegal pero sin fines de lucro, me proveyeron de ideas e historias que quizás jamás hubiera conocido si no me hubiera acercado a estos contenidos. Quizás jamás hubiera generado en su servidor un gusto por la música japonesa que derivó en mi amistad con mis colaboradoras Kika y Marmota.
Ni hablar de la vieja guardia, los fans que lo han sido desde los inicios de los noventas que tenían todavía menos canales legales, intercambiaban cintas de VHS entre amigos, estaban a merced de su voceador local, compraban VCD piratas y tenían que tolerar doblajes que en varias ocasiones eran mal producidos. Para muchos, el anime en televisión abierta y de paga fue su introducción a este magínifico género de animación, pero eso “es harina de otro costal.”
De alguna manera entiendo a los que ven a MAG Project con malos ojos: La internet se ha tenido que defender una y otra vez contra iniciativas de ley que pretenden censurar la creación de contenido en pos de mantener una semblanza de las leyes de derecho de autor. No podemos olvidar el revuelo que causaron las propuestas de ley del congreso estadounidense SOPA, PIPA y CISPA; porque estas eran leyes que efectivamente destruían la culutra de contenido sobre la cual estaba basada la comunicación por internet. Para el fan, MAG Project es sólo una iniciativa más de un gobierno que atenta contra sus libertades y sus contenidos. Cuando yo consumía fansub pirata, yo hubiera estado completamente de acuerdo con ellos. Sin embargo, este ya no es el caso. Lenta pero seguramente hemos visto como el panorama ha cambiado desde entonces, en el que servicios legales de streaming por internet han tocado base en Latinoamérica, específicamente México, y que hemos vuelto a tener canales legales a precios asequibles.
Por otro lado, también entiendo que el fan acostumbrado al servicio pirata no quiere deshacerse de él: Es fácil conformarse con un servicio gratis, es fácil esperar de los fansubbers que le provean del producto que quiere sin ningún costo, y es fácil racionalizarlo. Argumentos abundan: Que ellos prestan un servicio a la comunidad “otaku”, que le dan difusión a la cultura japonesa, que hacen promoción gratis al contenido manga/anime, que proveen de contenido alternativo al disponible en países donde no llega la oferta legal, y, finalmente, que al punto de que haya una oferta legal disponible los fansubbers se deshacen de su trabajo porque lo hacen sin fines de lucro. Sin embargo ustedes saben y yo sabemos que esa es una verdad a medias: Cuesta dinero mantener sitios de internet, foros, y servicios de streaming. Este dinero se hace a través de los anuncios y es en ese momento cuando los fansubbers lucran de su actividad que se localiza en un limbo legal gracias a las leyes de uso libre. Además se convierte en piratería cuando los vendedores de lugares como la frikiplaza toman estos capítulos de anime subtitulados sin fines de lucro, los ponen en DVDs y los venden. La frase “anime de bolsita” les sonará familiar a los escuchas asiduos de la Ensalada de Otakus
Otakus, yo entiendo su molestia y desesperación. De alguna manera también entiendo su temor al considerar el prospecto de gente sin cara y sin escrúpulos les quite lo que a veces es su escape a historias y conceptos que les gustan.
Pero ya fue suficiente. Este no es el 2007 ni 1997.
Las reglas del juego han cambiado y la verdad de las cosas es que tenemos en nuestras manos la posibilidad de que las distribuidoras y casas de animación vean el mercado extranjero con buenos ojos. ¿Les falta llegar a mas países? ¡Por supuesto! ¿La oferta es limitada a comparación del producto al que están acostumbrados? ¡También! No les voy a mentir y decir que lo que tenemos en estos momentos en la forma de Crunchyroll, Daisuki, Netflix y otros es suficiente o es perfecto. Todo lo contrario, en muchos aspectos pueden mejorar y no dudo que si alguno de estos servicios realmente quiere presentar un producto mejor, van a escuchar a los aficionados que se acerquen con una mano franca.
El dinero perdido por la distribución ilegal de anime y manga es dinero que no vieron los mangakas, los animadores, los directores ni nadie que se involucró en la producción de aquello que consume de manera pirata. Ni un solo céntimo. ¿Acaso el fan quiere ser participe de los bajísimos salarios de animadores? ¿Acaso el fan quiere ser partícipe de un robo en despoblado a gente que otorgan en la forma del anime y manga su corazón, su tiempo y su pasión?
Yo quisiera pensar que si al fan del anime / manga se le da la oportunidad de pagar un precio asequible por el producto que desea, este lo va a hacer. ¿Y qué cree, estimado lector?
Nos están dando la oportunidad, y esto implica un cambio radical en como recibimos nuestro contenido.
El cambio, por naturaleza, es doloroso. Nos duele dejar ir lo que nos dio un refugio, un escape, una salida a través de la ficción creada en Japón. Nos duele la idea de tener que pagar a una empresa lo que antes obteníamos de manera gratuita o a precios extremadamente reducidos. Nos duele dejar el pasado que vemos a través de los lentes de la nostalgia. Nos duele cambiar. Pero, el cambio es necesario y urgente si como comunidad deseamos el progreso.
Dejar lo que conocemos y estamos acostumbrados es doloroso. Su servidor lo sabe.
Pero a cambio, el progreso. Queridos fans, hay que ir hacia adelante.
Fuentes: [Minstery of Economy, Trade and Industry] [Wikipedia]