Shirobako nada más les gusta a los godínez
–@Necrofantasia, 23 de julio de 2015.
Tanto nuestros cuentos de hadas como muchas de nuestras expectativas de la vida se rigen bajo la lógica del happily ever after. Si estudias mucho, serás alguien en la vida; si eres bonita, podrás casarte con un novio muy guapo; si ganas la lotería, podrás viajar alrededor del mundo y comprarte una casita muy bonita a la orilla del mar; y la mejor: si sigues tus sueños, serás feliz. Lo que pase más allá de eso no importa: podemos dormir tranquilos sabiendo que, una vez cumplidas las condiciones necesarias, todo lo demás tenderá a ordenarse por sí solo.
Excepto que no es así.
Aún en el caso de que las condiciones de la felicidad se cumplan, el verdadero secreto de la vida es que ésta continúa. La historia no termina cuando te gradúas, te casas o ganas la lotería. Aunque no sea más que como un ejercicio, recordemos el día después: ¿Qué hiciste el día después de que te graduaste de la secundaria? ¿Qué hiciste cuando, pasada la euforia de la meta lograda, se impuso nuevamente tu vida cotidiana?
Shirobako es la clase de historia que se desenvuelve después del happily ever after. El personaje principal es Aoi Miyamori, asistente de producción en Musashino Animation y antigua miembro del Club de Animación de la preparatoria Kaminoyama. En sus años de estudiante, Aoi y sus amigas soñaban con trabajar en la industria de la animación y, poco más de dos años después, para Aoi era una realidad.
Despertar del sueño, sin embargo, fue más duro de lo que pensaba. En una industria dedicada a producir fantasías, la cotidianidad se impone de la manera más concreta: en interminables reuniones de trabajo; en confirmar, una y otra vez, el estado de cada cosa; en equivocarse y no tener el tiempo para aprender del error; en llegar a casa tarde y estar sola. A lo largo de la serie, a medida que Aoi gana experiencia y responsabilidades, las preguntas que rondan su cabeza son: ¿cómo llegué aquí? ¿vale la pena seguir?
Paralelamente, sus compañeras de club tienen sus propias inquietudes: ¿Cuánto tiempo hace falta para mejorar? ¿Cuánto más para poder confiar en mi propio trabajo? ¿Vale la pena dejar algo seguro para perseguir un sueño sin certezas? ¿Soy apreciada por lo que hago o por cómo me veo? ¿Cuánto más tengo que esperar para que me tomen en cuenta?
Cada episodio de Shirobako es una pizca de cotidianidad. No hay grandes epifanías; no hay tiempo para ellas. Lo que hay son problemas que parecen insalvables y soluciones provisionales. Un café por la mañana y una cerveza por la tarde; así, un día tras otro. Pero seguir adelante porque es lo que sabes hacer, porque es lo que te gusta, porque no puedes esperar a ver el siguiente proyecto, porque quieres ver el producto final terminado; todas son razones válidas. No hay una sola respuesta. La única tragedia es no hacerlo.
Shirobako, como anime, terminó, pero es una historia que sigue y sigue, simplemente porque la vida no para.
Dirigido por Tsutomu Mizushima y escrito por Michiko Yokote, Shirobako fue producido por el estudio P.A. Works. Está disponible mediante el servicio de Crunchyroll.