Austin Wintory es un compositor cuyo trabajo en la industria de los videojuegos puede equipararse con las obras de Koji Kondo, Jim Guthrie, Danny Baranowsky o Tommy Tallarico: Él fue el responsable de la música de juegos estelares – flOw, Monaco: What’s yours is Mine y Journey, el último que le valió multiples galardones, entre ellos el BAFTA por música original y una nominación a los premios Grammy por mejor soundtrack en audiovisuales.


Sin embargo, todos estos galardones y apreciación abierta por la música incorporada a videojuegos peligra gracias a las políticas draconianas de la American Federation of Musicians (AFA), una asociación profesional que se vanagloria de ser el sindicato más grande de músicos en los Estados Unidos, con más de 90 000 miembros registrados. Así como la Motion Picture Association of America (MPAA) para estudios cinematográficos, o el Screenwriter’s Guild of America (SGA) para guionistas; la AFA regula los contratos bajo los cuales músicos y compositores trabajan para diferentes industrias.
En respuesta a la creciente demanda de material auditivo para videojuegos, la AFM creó un contrato para todos sus miembros que decidieran trabajar en el medio de videojuegos interactivos, mismo que pasó a promulgarse en Diciembre del 2012, para reemplazar el contrato previamente establecido en 2007. Este contrato es altamente restrictivo y destruye los acuerdos que previamente se habían establecido anteriormente entre compositores y desarrolladores que les perimitían trabajar en paz. Prácticamente nadie usa el contrato de la AFM, optando por producir, trabajar y grabar su música en ciudades que no exigen el contrato de la AFM para trabajar.
Austin Wintory recientemente grabó el soundtrack para The Banner Saga, un juego de estrategia en PC y Mac que recibió gran aceptación en la comunidad después de una exitosa campaña en Kickstarter, en Texas, junto con La Sinfónica de Vientos de Dallas. Texas es un estado de la unión americana que permite a los agremiados de un sindicato trabajar sin las restricciones de dichos sindicatos, lo cual el Sr. Wintory decidió hacer. A pesar de esto, él recibió una fuerte amenaza de su asociación que conlleva una amonestación de $50 000 dólares por su trabajo en The Banner Saga y otra obra llamada Horn. Austin opina que esta es la manera de su sindicato de hacer un ejemplo de él y de todos los que decidan seguir trabajando sin el contrato de la AFM y sus restricciones anti-productores, negándose a aceptar el castigo:
“Me rehuso a vivir en miedo de mi propio gremio. Estoy dispuesto a afrontar las consecuencias de hablar sobre esto, porque no pienso que esto es sobre mí. Esto es sobre lo que está bien. Esto es sobre compositores y músicos siendo capaces de trabajar en un medio que aman y una nueva generación de profesionales que sueñan con trabajar en videojuegos. No podemos dejar que este arte sea ignorada o atropellada por un comité pequeño de personas que nunca han tomado un control, nunca se han sentado frente a una pantalla, nunca han jugado un videojuego, y que están completamente aislados de la comunidad de gente que aprecia y experimenta el videojuego como un medio musical.”
Esperemos que más músicos, productores y desarrolladores alzen la voz y denuncien las prácticas de la AFM sin tener que temer amenazas y castigos por parte de este gremio.

Fuente: [Variety]